Zapatero está más preocupado por hacer obras de caridad progres que por lo que nos pase a los españoles. Ya dijo en su día que «crezca la economía lo que crezca, España va a seguir incrementando la ayuda al desarrollo«. Y está cumpliendo su amenaza, mientras las dificultades económicas de las familias españolas crecen día a día.
A pesar de que se ha acabado el superhávit del Estado, esto no supone ningún problema para que Zapatero se ofrezca a financiar cualquier cosa mientras el dineral se tire fuera de España. Así pues, en mayo ya se comprometió a aportar 11 millones de euros al Banco Asiático para proyectos en los países más pobres. También regala 35 millones de dólares para el saneamiento de las aguas de la bahía de Acapulco (México). Como no, también se ha anunciado otra aportación de 10,5 millones de euros a la ONU para la lucha contra el SIDA. A 160.000 euros ascienden las aportaciones anuales españolas al Fondo para las Víctimas del Terrorismo de la ONU, y además, España será el único país del mundo que cofinanciará junto a la ONU los 142.000 euros que cuesta el concierto de la Orquesta de las Tres Culturas para conmemorar el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el próximo 15 de diciembre. Aquí la gente sin poder pagar sus hipotecas, y estos sátrapas socialistas financiando conciertos y memeces varias que no hacen falta alguna.
Pero la fantasmada estrella tuvo lugar hace nueve meses, en noviembre de 2007, cuando Zapatero propuso la creación de un «Fondo para el Agua en Iberoamérica», al que se comprometió a aportar 1.500 millones de dólares en cuatro años.
Todo esto además de lo que se malgasta en forma de subvenciones para asociaciones de gente buena que cobra para ser buena. Y luego leemos que las leyes sociales que ha impulsado ZP carecen de dotación presupuestaria, como la Ley de Dependencia. Zapatero es comparable a María Antonieta, pero en versión progre, plebeya y cutre. Madamme Déficit, llamaban a la reina que al ser informada de que el pueblo tenía hambre, respondió que comiesen pasteles. Nuestro Monsieur Déficit no tiene nada que envidiar al despotismo de su homóloga francesa.
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La generosidad con el dinero o los bienes ajenos es un fenómeno estudiado y hasta recibe un nombre, que en estos momentos estoy en la imposibilidad de ofrecer. Si no me equivoco en inglés se habla de algo así como de «vicarial generosity». Tal vez algún lector no pueda aportar algo de luz al respecto.
En todo caso, como la expresión lo indica, es una generosidad que proviene del dinero ajeno donado por los feligreses para que otros lo administren en obras de caridad. Aquí la generosidad no implica un desembolso propio sino un reparto de un bien ajeno. Esa generosidad no implica un sacrificio, pero comporta una «medalla» para el que la hace efectiva. Se recoge un reconocimien to que no ha supuesto ningún
sacrificio para el que ha ejecutado la obra de caridad, que sin embargo recibe el premio moral de una satisfacción inmerecida. El mérito de esa generosidad es desviado de su verdadero promotor y es apropiado por un simple administrador de aquella, y que actúa tanto más a su capricho y arbitrariedad como que ese desembolso no le cuesta nada ni está sujeto a otro control que su santa voluntad.
Esta generosidad con el patrimonio ajeno (dar algo que en puridad no nos pertenece) es lo que hacen, por ejemplo, aquellas mujeres blancas que se unen a hombresd de otras razas muy diferentes. Con ese acto contra natura (contra su propia sangre) cometen un acto típico de esa «vicarial generosity» (si es que la expresión es correcta), pues regalan un patrimonio que no les pertenece a ellas cual es el patrimonio genético de su raza. Dilapidan en un acto insensato un patrimonio génético que ha costado miles de generaciones para formarse. Un patrimonio génético que pertenece a la raza, no a los individuos.
La generosidad absurda y criminal de este gobierno de cabrones sietemesinos tiene todas las características de esa «vicarial generosity», que consiste, resumiendo, en gastar sin mesura ni buen criterio (dilapidar) un bien, una riqueza, un patrimonio ajeno.
A tenor de lo que comentas sobre la generosidad con el dinero ajeno, me viene a la memoria una cita de Gordon Liddy:
«Progresista es el que se siente profundamente en deuda con el prójimo y propone saldar esa deuda con tu dinero»
¡ POR EL AMOR DE DIOOOOOOOOOOOSSSSSSS, ME CAGO EN MI PUTAAA VIDA!!!!!!!!!!.
Le regalamos a la ONU 10 millones de euros…la organizacion mas corrupta y masona del mundo…………¡ MANDA COJONES!…¡ frankestein de la vega en la conferencia del sida en méxico, regala el dinero como si fuesen tripis en un after!!!!. EN NUESTRO PUTO PAIS ESISTEN MAS DE 5 MILLONES DE POBRES, ME CAGO EN DIOS!!!!!!!!!!!!!!. ¡¡¡ Muchas familias pasan necesidades………………………COLABORACIONISTAS POR EL AMOR DE DIOS……………….NO TENGO PALABRAS……….¡ ME CAGO EN TODOS LOS ROJELIOS Y EN SU PUTA CALABERA!!!!!!!!!!!!!!…Señor Ibarra!!!!!!!!!!!! . Me cago en tu p…………………,M……………..¡¡ Lo siento colaboracionistas……esto me puede……………¡ me cago en Rossss!!!!.
AE SIEMPRE!!!!!!.
Yo no tengo hipoteca porque pensaba que ZP no iba a ayudarme, pero si es asi mañana me voy al banco y me compro un piso yo también.
Luego gritaré que no puedo pagar mi hipoteca que es muy cara porque la culpa es de ZP.
¿Gordon Liddy no estuvo en la carcel por el escandalo Watergate?
Impresionante
Me da la sensación constante de que nos estan dándo por el culo cada día mas hondo, pero nos regalan un beso en la mejilla.
Eso es lo que hace el progresismo, batallar por espejismos y tapar las realidades.