Los creadores de Menéame reconocen que su web es un aparato de instrumentalización ideológica

En un burdo ejercicio de manipulación, hoy, Ricardo Galli, creador de la web Meneame.net junto con Benjamí Villoslada, ha intervenido patosamente en la discusión que el artículo anterior de este blog ha desatado en Menéame.

La cosa viene ya de ayer, cuando esos baluartes de la libertad de expresión banearon la cuenta que tenía en esa red social por defender un artículo de Minuto Digital que daba cuenta de la violación cometida contra una joven belga de 21 años en Bruselas por no llevar velo. Hoy, Ricardo Galli, bajo el pseudónimo de Perl en Menéame, ha comentado lo siguiente respecto a esa noticia:

«…según él la violación se debió a que la chica no usaba el velo islámico porque lo afirma ergh…»

Galli dice que yo me invento el hecho que la violación se debió a la falta de velo. Así lo da a entender con ese «según él». Sin embargo, en la noticia original en Minuto Digital, el padre de la chica lo deja bien claro: «dos hombres le reprocharon que no llevase el velo«. ¿Sabe leer el señor Galli? Y si es así, ¿entiende lo que lee? Esta ha sido su burda estrategia para intentarme desacreditar sin más argumento que su manipulación.

No contento con esto, Galli me ha llamado «tarado» por decirle lo que pienso de su Menéame y me ha querido atribuír fantasiosas ansias de limpieza étnica. Ha llamado también tarados a los que «le votan estando de acuerdo» con la copia del artículo que he puesto en su sitio, en referencia a los usuarios de Menéame que no aceptan sin rechistar su pensamiento y que han «meneado» mi artículo.

Pero el señor Galli se ha descubierto al cabo de un rato, preguntándole a su socio Benjamí Villoslada, que también ha intervenido en la discusión, en referencia al debate abierto, si «¿No sería mejor que sólo lo cerremos? No es cobardía, ni nada de eso, sólo porque es más efectivo». Con su pregunta le ha dado plena validez a mi acusación de censura sobre Menéame.

Aunque la esencia de lo que es Menéame se ha puesto al descubierto gracias al comentario de otro participante y a la respuesta de su fundador, Galli.

Una persona ha comentado:

Lo que comenta ese blog ya se ha hablado incluso en el propio Meneame (a través de comentarios , nunca de noticia, claro).
No creo que en Meneame exista una línea editorial que censura , sino más bien:
– sus usuarios son principalmente gente joven que busca su espacio rebelde en un mundo impuesto. Como siempre es más fácil simplicar el mundo , se ha asociado al PP con el fascismo , al PSOE con la libertad, a Bush con el demonio, a Obama con un ángel, etc. etc. No hay espíritu crítico ni razonamiento, sino deseo de entender quien es «el enemigo».
– un poder exige una responsabilidad. En Meneame , ese poder es el voto y no siempre abunda la responsabilidad
– el mayor peligro de que en Meneame se respire «censura socialista» es que realmente ese socialismo no es real.
Es decir, el concepto de socialismo está bastante adulterado porque la mayor parte de la gente es bastante individualista. Es un socialismo de pastel, basado en encontrar un sitio en el mundo pero sin arriesgar mucho: todos los derecho pero ninguna obligación.

A lo que Galli le ha respondido:

Grohl, te puedo asegurar que hacemos todo el esfuerzo, por ejemplo, para impedir el abuso de votos negativos comentarios educados y respetuosos sólo porque tienen una opinión diferente. Es verdad que ocurren, pero también hay demasiados comentarios que sólo insultan al ver que no comparten su opinión, por no decir de los típicos comentarios racistas cuando se mencionan gitanos o moros.
Todo eso no es un problema del giro a la intolerancia de una gran parte de los jóvenes: los que reclaman mano dura con cualquiera que sea diferente, como los que en vez de argumentar razonablemente si no están de acuerdo se dedican a estampar el voto negativo (generando como reacción las quejas de «censura»).
En fin, aquí sólo se refleja parcialmente lo que ocurre en las calles y escuelas.

Más hipócrita no puede ser el sujeto este. Se queja de que «hay demasiados comentarios que sólo insultan al ver que no comparten su opinión» después de haberme llamado a mi «tarado» justamente por no compartir su opinión.

Quejas de «censura» que el mismo Galli, con la pregunta a su socio sobre si debían cerrar o no mi tema, no para de alentar con una actitud intransigente, intolerante con quien no piensa como él y acusando de racista a todo el mundo por falta de argumentos válidos.

Ahí está la clave de todo. Menéame sabe que tiene un público joven, adolescente, en proceso de formación, y por lo tanto influenciable y manipulable mediante el adoctrinamiento de su sistema particular de castigo, los votos negativos. Sus usuarios aprenden lo que se les enseña que está bien o mal, según se les vota negativo o banea del sitio. A base de palos cibernéticos imponen una línea de opinión muy clara, muy marcada, muy partidista. Y el efecto que consigue es escandaloso: el fanatismo de algunos, adiestrados a golpe de censura y voto de castigo, raya lo absurdo, llegando a considerar que dar la nacionalidad de un delincuente es un acto de racismo, igual que llamarle «negro» a un negro. En esencia, Menéame funciona como una secta donde no se tolera la divergencia y donde la opinión del líder va a misa pase lo que pase.

Otro dato más que relevante: Ricardo Galli es un inmigrante suramericano. Esto explica que en Menéame no se tolere la más leve crítica a la inmigración masiva, ilegal y desbordada que está tercermundizando España. Entre ellos se protegen.

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